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20 de abril de 2010

Reseña de "María Dolares"


ZONA NEGATIVA
Píldoras Nacionales 32

Escrito por Toni Boix el día 8 Abril, 2010

María Dolares, Enrique S. Abulí y Félix Vega; Planeta DeAgostini; 48 págs., color, 11,95 €.
En el corazón de la mejor literatura española siempre ha estado muy presente el gusto por lo grotesco y lo esperpéntico. Explícito desde Quevedo , Valle-Inclán y Eduardo Mendoza, más soterrado en autores como Cervantes o Ramón Gómez de la Serna, esa mirada entre satírica, cruel y crítica ha devenido marchamo característico de una determinada manera de abordar la existencia. En lo que a nuestra Historieta se refiere, el autor que con mayor acierto ha sabido trasladar a las viñetas ese espíritu estrafalario e hiriente es – posiblemente – Enrique Sánchez Abulí. Cierto es que, a menudo, el hecho de que durante buena parte de su carrera haya estado acompañado de un ilustrador con un grafismo tan imponente como el de Jordi Bernet hace menos evidente esa adscripción de Abulí. Existe una elegancia inherente al trazo de Bernet, una belleza en los volúmenes que delimita su pincel, que destierran cualquier atisbo de verdadero esperpento de unos guiones de por sí bien plagados de acidez surrealista. No sucede lo mismo cuando Abulí se deja acompañar por el dibujante chileno Félix Vega, puesto que en el estilo de Vega conviven en delicado equilibrio lo sensual y lo repulsivo, traduciendo de forma fiel el aliento desencantado y burlón que se adivina en las ideaciones de Abulí. Así pues, este TexMex titulado María Dolares nos situa en ese territorio inhóspito y de frontera que separa Méjico de Estados Unidos, y lo hace de la mano de unos personajes estrambóticos, que fuerzan los arquetipos habituales para brindarnos una aventura vertiginosa y sorprendente. Un calzonazos, veterinario aficionado, que se dedica a recuperar a perros tullidos en mitad de la nada desértica, se verá envuelto en una trama criminal a remolque de las curvas de una mujer fatal de líbido algo lábil. Los giros y requiebros argumentales están servidos, los juegos de palabras también, pero esta vez con un acabado gráfico que subvierte el chascarrillo constante y lo penetra de una extraña desesperanza que a Abulí le sienta de maravilla, siendo esta una de sus obras que me han parecido menos tópicas, más auténticas, notablemente divertidas a la par que extrañamente desagradables.

Para  ver ésta y otras reseñas de Toni Boix en el estupendo sitio ZONA NEGATIVA, clicar en el siguiente enlace:
http://www.zonanegativa.com/?p=15133